Se va acercando el fin de curso y ya puedo empezar a leer sólo por placer. Y aquí estoy, compartiendo hamaiketako con Txani Rodríguez y su Seca. Porque leer a Txani es como pasar un ratito charlando con ella . De hecho, en mi cabeza es su voz la que me lee la novela.
Aparentemente sencilla, fácil de leer y con mucha miga, como nos tiene acostumbradas, La seca es una lectura ideal para el verano, para meter los piececillos en el río, dormitar bajo las sombra de los fresnos y disfrutar de la fresca al anochecer con la silla en la puerta de casa, como toda la vida se ha hecho en los pueblos en verano.

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