Cuando tenía doce años este libro llegó a mi vida. Cinco años despuás llegaría Rayuela y descubriría de verdad a Julio Cortázar.
Bestiario me sigue fascinando como el primer día y, aunque ya no lo idolatro tanto y he sumado otras deidades a mi Parnaso, Cortázar sigue siendo dios.
Hoy lo he compartido con el Taller de lectura crítica de Libreramente.

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